2024

“Entendiendo el Museo como un espacio de comunicación y reflexión, la video instalación plantea el deseo y la dificultad de comunicar algo. Cuerpos en posiciones incómodas aparecen y desaparecen en intervalos de 45 segundos cada media hora, interrumpiendo visual y sonoramente el espacio expositivo.

La acción recuerda el acto de enviar un mensaje en código morse o trasladar los latidos del corazón al espacio arquitectónico; y sin ser una cosa u otra, solo produce sonidos que expresan pero no enuncian ni dicen algo específico. Un intento de comunicación en forma de balbuceo sonoro que toma lo percusivo como principio lingüístico, recurriendo a una forma de comunicación primitiva antes de la palabra.”